miércoles, 5 de noviembre de 2008

DESPEDIDA

No hay más multitud ahora en la presencia tuya de domingo a seis y media. Tus brazos vienen calavera a mí, fríos, no amor hinchado y caluroso ya, sino figura sufragio y flor escueta, andamiaje lleno de poco y de agrios inmediatamente grandes.

¿Cuándo llegaste a labios de crepé y cuerpo de mimbre, a pedazo de barro que dejó un zapato a su paso por una avenida?.

¿Cuándo a estatua que se derrite sin estruendo, a boceto simple de piel con lunares?.

Ahora sólo te quedan los anocheceres en los bares (sin mí), un buscar sin éxito un corazón a tu medida mientras tu silueta se desinfla y se llena de olores dolorosos como a fósforo apagado.

No hay comentarios: